domingo, 2 de septiembre de 2012

Lo fatal

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, mi mayor pesadumbre que la vida constante.
Ser y no saber nada, y ver sin un rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de mañana estar muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus tiernos racimos, y la tumba que aguarda sin sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de donde venimos!



En: Cantos de vida y esperanza.

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