martes, 28 de enero de 2014

La distancia una incertidumbre, y el corazón una lluvia pasajera.

El día que me quieras
Ya no estaré esperando en tu puerta.
Las noches pasaran y la piel se hará tiempo en tus manos.
La hiel del recuerdo te matará cuando ya me haya marchado.
El día que me quieras
Abundará el veneno en los besos y en lo pactado.
El silencio se volverá frío, y los instantes, infinitos.


domingo, 19 de enero de 2014

Si

Te doy mi promesa, te doy mi vida
No sabrás si sano o si olvido
Solo querrás sentir en tus manos el poder
Si lucho  o me marcho,
No puedo apostar, no tengo nada que  perder
No soy digna de tal  dicha
tan impropia de tu amor
 no merezco siquiera tu dolor.
Ya no hablo y no me sientes
Te acompaño en los caminos
Y me dejas atrás
Si regreso a tu lado,
Ya no te importará.
Sostengo tu mano
Limpiando tus heridas,
Si no te dan dolor, permites mi pasión
Si vuelven a abrir, me dices adiós.

jueves, 9 de enero de 2014

Parecés

Vos me diste un beso que yo no quería
Fue un juego que ganaste y festejaste
Después de eso solo nos fuimos a patinar y te caíste
Nos reímos pero seguiste de largo, como siempre.
Pensar que cuando yo me caigo y me lastimo me cuesta arrancar de vuelta.
Para vos todo parece muy fácil
Pareces ser muy fuerte.
Parecés.


Sombra amiga y las manchas de la pared, cosas que me distraen.

Hay un poema de Lugones que me encanta pero no recuerdo ni una sola palabra.
Leo buscando encontrar una palabra que me haga recordarlo cuando con el rabo del ojo veo una sombra que se trepa por encima de la puerta. Es como una seda negra que se mueve como una morena cabellera al viento, con sus puntas volando hacia distintos lados. Siempre la veo así, nunca la he visto si intento mirarla fijamente.
¿Tendrá vergüenza? ¿sera tímida? quizás solo esta jugando conmigo.
¿Qué sera?
Ya la he visto muchas veces desde que soy niña. Siempre por las esquinas de los techos y por encima de las puertas. Siempre la veo con el rabo del ojo y nunca fijamente.
Cuando era más chica me perturbaba, solía asustarme y no poder dormir.
A la madrugada iba al baño corriendo y mirando al suelo porque no quería verla.
También veo dibujos en las paredes. No miro las nubes. Encuentro mucho más divertido buscarle formas a las manchas de humedad, a lo mal pintado.
Después de la siesta me daba vuelta y acostada miraba la pared, siempre veía la forma de un hombre con sombrero. En la habitación de mi mamá en una de las cuatro, había un tótem ¡de mas o menos 1 metro! Yo se lo señalaba pero ella no lograba verlo.
No importa. Son cosas que me distraen, pero ya me acostumbré.