domingo, 12 de agosto de 2012

Sola. (Solo/L: Abel Pintos/Daniel Cuevas)


Arde el cielo en tus manos...
Quemas tan despacio mis sentimientos
que no distingo si estoy muriendo
o estoy volviendo a nacer...
En esta mezcla de placer y dolor
si sé que no te tengo...
Me das tu cuerpo y tu pasión,
pero jamás tendré tu corazón
porque tu vida ya tiene dueña...

Aunque seas tan lejano
No puedo dejarte si yo te amo...
Prefiero esto a no tener nada.
Debo dejar de preguntar qué voy a hacer cuando no estás
y disfrutar esto que siento ahora...
Emborracharme de tu piel
en este frío cuarto de un hotel
donde eres mío por una hora...


Pero te vas de aquí... y yo me quedo así...
sangrando mi espíritu en un papel..
bebiendo el vino de la soledad...
Sabrá mi tiempo de transcurrir..
pero de olvidarte jamás sabrá.


Calla el beso sin tus labios...
en cada regreso te trae el viento
deshoja olvidos mi pensamiento..
Tu sombra busco en la pared y no descubro amanecer
cuando tu ausencia vive en mi silencio...
Me ahoga el frío, el ardor
y este rocío en mi habitación
donde agoniza agoniza mi desconsuelo.

Vuela libre lo pasado;
otra luna escribe lo que soñamos 
entre lo absurdo y lo imaginario...
En un instante de pasión nos despojamos del dolor
en el secreto donde nos amamos...
el mundo es solo una ilusión como un milagro sin explicación
 entristecido si nos dejamos...

Pero te vas de aquí... y yo me quedo así...
sangrando mi espíritu en un papel..
bebiendo el vino de la soledad...
Sabrá mi tiempo de transcurrir..
pero de olvidarte jamás sabrá.