lunes, 8 de abril de 2013

El beso.

Desdicha mia que gusté la hiel
de sus besos engañosos y crueles
¡Han matado tantas almas como ilusiones!
Trofeos de oro en un lugar sagrado,
él fue coleccionando sus amores.

 Como distraída o sumergida en un sueño
acepté el resplandor de un amante imaginario
donde cada sonrisa era una pena
¡Y el aposento de su boca, flexible y saltarina!
con asombro y pavura fue al encuentro de mis besos.

Ni siquiera un golpe seco al corazón
puede oscurecer los besos del conquistador errado
Sólo dejaré caer un velo orgulloso
sobre el ilusorio amante
y el adiós quedará aferrado a sus labios.


                                                            Abril Gomez