jueves, 31 de marzo de 2016
¿y yo?
Pasaron tantos días y seguirán pasando, abstractos, vacíos.
Pasan y sigo invandiéndome en vos, en preguntas, en recuerdos.
Que mal que hice todo. Que mal quererte tanto.
Que desastre que aún puedas lastimarme, aún sin hablarme, aún sin tocarme.
Yo sigo pensando si realmente todo se perdió, si debería seguir echando tierra sobre vos.
Nunca encuentro la respuesta, ni el olvido, ni la calma, porque siempre es igual...
Vas al mismo lugar, acá, dentro mío, y me enmarañas de sensaciones horribles (placenteras).
A veces me pregunto si dejar pasar los años es la solución, pero no como un camino al olvido, sino a la reconciliación, y que estúpida me siento, si para ese entonces el fruto ya habrá madurado (y aunque no me creas, me alegra mucho) y no serás solo vos, sino tu extensión en la vida, en tu sentir.
¿Cómo? ¿y yo?
No entiendo ¿y yo?
No sé.
Pasan y sigo invandiéndome en vos, en preguntas, en recuerdos.
Que mal que hice todo. Que mal quererte tanto.
Que desastre que aún puedas lastimarme, aún sin hablarme, aún sin tocarme.
Yo sigo pensando si realmente todo se perdió, si debería seguir echando tierra sobre vos.
Nunca encuentro la respuesta, ni el olvido, ni la calma, porque siempre es igual...
Vas al mismo lugar, acá, dentro mío, y me enmarañas de sensaciones horribles (placenteras).
A veces me pregunto si dejar pasar los años es la solución, pero no como un camino al olvido, sino a la reconciliación, y que estúpida me siento, si para ese entonces el fruto ya habrá madurado (y aunque no me creas, me alegra mucho) y no serás solo vos, sino tu extensión en la vida, en tu sentir.
¿Cómo? ¿y yo?
No entiendo ¿y yo?
No sé.
martes, 29 de marzo de 2016
lunes, 28 de marzo de 2016
domingo, 27 de marzo de 2016
jueves, 24 de marzo de 2016
lunes, 21 de marzo de 2016
domingo, 20 de marzo de 2016
jueves, 17 de marzo de 2016
Balada del fino amor - Leopoldo Lugones
Bajo el remoto azul de un cielo en calma,
y al susurrar de la alameda umbría,
para tu elogio he de contar un día
cómo fue que el amor nos llegó al alma.
Cómo fue...¿Pero acaso, no es sabido
el modo de venir que tiene el ave,
cuando recobra, peregrina y suave,
la solitaria intimidad del nido?
O alguien ignora lo que pasa, cuando
la luna de las flébiles congojas,
a través de las almas y las hojas,
derrama sombra y luz, como llorando?
Y habrá quien no haya visto en un inerte
crepúsculo, de gélidos candores,
caer las violetas ulteriores,
de las lánguidas manos de la muerte?
martes, 15 de marzo de 2016
sábado, 12 de marzo de 2016
viernes, 11 de marzo de 2016
Hablen, tienen tres minutos - Julio Cortázar
De vuelta del paseo
donde junté una florecita para tenerte
entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais,
para bajar al pozo donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara
cuelgo mi piel y sé que estaré solo en la ciudad
más poblada del mundo.
Excusarás este balance histérico,
entre fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío,
llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna
la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo que pienso en ti obstinadamente,
como una ciega máquina, como la cifra que repite
interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano,
acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas
en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre,
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad,
volviendo del paseo donde quizá juntases
la misma florecita, un poco por botánica,
un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos,
que nos demos un pétalo,
aunque sea un pasito, una pelusa.
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