-“¡Quizás deberías dejar de ser tan vulnerable!
“
-Es cierto… Quizás lo bueno ya no lo es, quizás el amor no sirve más. Entonces… Puede que al sentir la tierra tan cerca de mi
carne, me aprisione y sea libre de la vida.
Tal vez la muerte no es tan mala y es la oportunidad final, de encontrar ese
lugar; frío y oscuro.
-“¿Dónde?
¿Donde nadie te toque?
¿Donde nadie te escuche?
¿Donde nadie te hable?
¿Donde a nadie le importes?
¿Eso es lo que quieres?”
-¡Cuando nadie me recuerde
Quizás podré olvidarlo!
Sólo el abandono puede librarme.
Cuando mi cuerpo permanezca aún más solo y pálido.
Cuando ya no pueda regalarte mi sangre.
Quizás ese será el día en el que él creerá que mi amor es verdadero.
¡Cuando sepa que le regalé mi vida y que el filo de tu guadaña me apresuro en
el tiempo!
-“¡Demuéstrale que lo amas!”
-Pues… ¡Aquí te entrego mi vida!
¡Arráncame el corazón! ¡Pero hazle saber! ¡Aunque sea el viento quien se lo diga! ¡Que por él di mi
vida! ¡Que le obsequio mi ausencia y mi amor!
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